martes, 27 de julio de 2010

Sólo en el amor

El renacer, la fe, la esperanza sólo son posibles en y por el amor.

sábado, 17 de julio de 2010

Renacer

He decidido hacer de mis ochenta años un renacer y expandir mi vida hasta sus últimos confines.

viernes, 16 de julio de 2010

Deslectura

La situación límite que me ha correspondido vivir y que he narrado en mis dos postales anteriores me ha traído a una situación que llamaría de "deslectura" de mi vida y de mis cosas. Algo así como un aplicar el hacha en la raíz, reducir todo a sus elementos esenciales, a una estricta purificación y descubrimiento de cimientos. Así, me he dado cuenta de que la opción cristiana es una opción no dada sino que debe ser hecha, y que en su base significa una opción por la vida y no por la muerte, esto es, por la alegría en vez de tristeza, por la fuerza en vez de debilidad, por el ánimo en lugar del desánimo, por la esperanza en lugar de la desesperación, por el amor en vez del desamor, por el otro en vez de sí mismo, por el dar en lugar del recibir, por la entrega en vez del encierro. He pasado mi vida de filósofo leyendo y leyendo, asimilando y trabajando, interpretando, transformando, escribiendo. Ha llegado la hora de desleer, de remecer todo eso para que caiga la escoria y quede solo el fuego de la vida.

martes, 13 de julio de 2010

Muerte

Hemos sido visitados por la muerte de un hijo atropellado en una calle de Santiago hacia la medianoche del viernes 25 de junio. Casado, dos hijas y un hijo, acababa de cumplir sus 51 años y estaba en un excelente momento de su vida. No escribo esto para recibir manifestaciones de pesar sino que para ofrecer una reflexión sobre lo absurdo de la muerte, de esa muerte. Pase si se trata de una larga enfermedad que termina haciendo de la muerte un alivio (nos lo acaba de acontecer ayer con una sobrina). Esto no: te llaman a medianoche y te dicen que se ha muerto tu hijo. No tiene sentido. Uno llega a comprender que la fe no es un dado al cual recurres para encontrar una explicación, sino que un camino que debes hacer en construcción de sentidos. Y es ese absurdo mismo que se me instala como certeza de que la muerte no puede ser el fin de todo, que la vida humana, la vida en sí no puede tener como destino el aniquilarse. Y das el salto a la certeza de la existencia de una forma de vida que se nos escapa, amarrados como estamos a lo corporal. Comprendes que la cruz es también un absurdo si no nos hace ver al Cristo resuscitado. Y - al mismo tiempo - que una resurrección pasa por una cruz. Es mi fe. Un esfuerzo por hacer de la ausencia de Gonzalo una compañía desde en una dimensión que intuyo pero cuya totalidad se me escapa. Supongo que con el tiempo, y acercándome yo mismo a mi propia muerte (cumplí los 80 un día antes de la muerte de Gonzalo), esa forma de vida más allá de la vida, esa vida resuscitada se me irá haciendo más patente y más firme. Esa es mi fe.