Vean este trabajo de un médico cubano
La realidad estaría compuesta de múltiples universos
Exhalen Martorell Zamora
La Transmultiversalidad, nueva teoría del espacio y tiempo
Como toda forma de existencia cambia constantemente, lo que denominamos Universo se transmuta continua e ininterrumpidamente en otros “Universos diferentes”. Por tanto, el Ser se manifiesta no en un Universo, sino a través de continuos e infinitos Universos en diferenciación, el Transmultiverso. Si un cuerpo se transforma mientras se traslada en un espacio continuamente diferente, no es posible prescribirle una posición o movimiento en ninguna dimensión espacio-temporal, pues continuamente el objeto, el espacio y todo ente, serían continuamente diferentes. En este sentido, lo que llamamos tiempo no es una ilusión, sino un método, un enfoque colectivo histórico muy necesario para la organización de la actividad humana y que acompañará por siempre a la civilización. Viajar en el tiempo tampoco tiene sentido, pues significaría cambiar todo el Transmultiverso a una situación previamente acaecida. En este contexto transmultiversal se hace necesario otro enfoque teórico del Ser.
jueves, 25 de octubre de 2007
domingo, 7 de octubre de 2007
El lado activo del infinito
Un comentario reciente en mi postal “De regreso a Castaneda” me ha hecho ver la extraordinaria coincidencia entre la percepción de Carlos en su libro póstumo “El lado activo del infinito” y la de David Bohm que he destacado en el postal reciente. Ambos coinciden en que la “información activa” (Bohm) y el “nahual” (Don Juan) son “campos” que ejercen una acción atractiva dentro del universo en el que somos nodos, otorgándoles “formas” y “sentidos” a estos nodos. Dicho de otra manera: el camino hacia el Espíritu, la “subida al Monte Carmelo” (San Juan de la Cruz), el camino de la “iluminación”, la madurez que viene con el paso de los años, nuestra vida toda, paso a paso, es una manifestación de ese “lado activo del infinito”. Esto, para quien sabe “ver” (Teilhard de Chardin), para quien “mueve el punto de encaje de la percepción” (Castaneda) hasta un punto en el cual otorga sentidos a las etapas de su vida. El libro de Castaneda hace eso: muestra las etapas de la transformación de Carlos. ¿Y si hiciéramos otro tanto? ¿No cambiaría radicalmente nuestra vida y la percepción que tenemos de ella, nuestro modo de vivir? ¿No seríamos totalmente otros? ¿No nos ubicaríamos expresamente en la perspectiva de una ampliación de nuestra conciencia hacia el punto Omega (Teilhard)?
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