“Veinticinco años antes de empezar a escribir estas líneas hice un descubrimiento que me tomó todo este tiempo darme cuenta de que lo había hecho. Llamarlo ‘descubrimiento’ no es talvez lo más exacto, ya que la gente se ha dado cuenta de esto desde al amanecer de los tiempos…
“Lo que ‘descubrí’ es que la felicidad no es algo que sucede. No es el resultado de la buena suerte o de la casualidad. No es algo que la plata pueda comprar o conseguirlo el poder. No depende de sucesos externos, sino que, más bien, de cómo los interpretamos. La felicidad, de hecho, es una condición que debe ser preparada, cultivada, y defendida individualmente por cada persona. La gente que aprende a controlar su experiencia interna estará en condiciones de determinar su calidad de vida, lo que significa que cada uno de nosotros puede llegar a ser feliz…
“¿Podemos alcanzar ese objetivo que se nos escapa y que no tiene un camino directo? Mis estudios del último cuarto de siglo me han convencido de que hay un camino. Es una vía que da vueltas a partir del logro del control de nuestros contenidos de conciencia.
“Nuestras percepciones sobre nuestras vidas son el resultado de muchas fuerzas que moldean nuestras experiencias, cada una de las cuales tiene su impacto en si nos sentimos bien o mal. Muchas de estas fuerzas caen fuera de nuestro control…Pero todos hemos experimentado ocasiones en las que, en vez de sentirnos manejados por fuerzas anónimas, nos sentimos con control sobre nuestras acciones, dueños de nuestro destino. En las raras ocasiones en que esto sucede, experimentamos un sentimiento de alegría, una íntima experiencia de felicidad…
“Esto es lo que llamo experiencia óptima… Contra lo que solemos creer, momentos como esos, los mejores de nuestras vidas, no son momentos pasivos, receptivos, relajados… Los mejores momentos suelen ocurrir cuando el cuerpo o la mente de una persona son exigidos hasta sus límites por un esfuerzo voluntario para cumplir algo difícil y valioso. La experiencia de lo óptimo es algo que nosotros hacemos suceder…”
(En: Mihaly Csikszentmihalyi. Flow. The psychology of optimal experience. New York, Harper and Row, 1990, pp. 2-3. Selección y traducción mías)
sábado, 26 de agosto de 2006
martes, 15 de agosto de 2006
Tesis teológicas
Notas:
1. Escribo estas breves afirmaciones para responder a quienes han pedido mi opinión sobre estos temas.
2. Hablo de “tesis” en la acepción etimológica del término griego thésis: aserto, proposición. El término portugués colocação recoge también ese sentido.
3. Hablo de tesis “teológicas” en la acepción etimológica del término griego theología: decir sobre Dios, hablar acerca de Dios y lo que se le refiere.
4. He preferido plantear lo que digo sin hacer referencias a fuentes, las que podrían ser muchas.
Tesis:
1. De Dios en sí mismo no podemos hablar: es inefable, indecible, trascendente. Todo el esfuerzo de la teología es un acercarse a esa inefabilidad echando mano de mitos, descripciones, comparaciones. Todas las religiones hacen lo mismo.
2. Podemos tener un conocimiento de la existencia de Dios a través de la contemplación del mundo (conocimiento por extroversión) y en una experiencia interna (conocimiento por introversión), que – nuevamente – es inefable, pero de la cual muchos seres humanos dan testimonio, en distintas expresiones religiosas.
3. La afirmación de la existencia de Dios no es materia de fe, sino que de conocimiento que todo ser humano puede tener.
4. La fe consiste en aceptar el testimonio de otro en una materia que no nos conocida directamente.
5. La fe cristiana consiste en aceptar el testimonio de quienes nos dicen que vieron vivo a Jesús después de haberlo visto muerto. Los cristianos no creemos en “algo” (una lista de “verdades”, una “revelación”) sino que en “alguien”: Jesús muerto y resucitado.
6. Jesús, en su vida, no fundó ninguna “iglesia”. Pero la fe cristiana, y las iglesias que la profesan, se fundan en el Jesús postpascual, la persona de Jesús muerto y resucitado.
7. Los cristianos decimos que ese Jesús que es el contenido de nuestra fe, es palabra de Dios, que en él Dios nos habla.
8. Las comunidades cristianas han venido explicitando en afirmaciones teológicas ese mensaje de Dios a los hombres a través de Jesús, y las hemos expresado en los distintos “símbolos”, “credos” o “catecismos” como “revelación”. Todas esas afirmaciones no constituyen un contenido de la fe cristiana en la misma medida en que lo es la persona de Jesús: solamente en él y por él cobran sus sentidos.
9. No somos cristianos en la medida de nuestra adhesión a esos contenidos teológicos o a los valores que éstos proponen, sino que en la medida de nuestra fe en Jesús muerto y resucitado, que es el único referente para distinguir lo cristiano de lo no cristiano.
10. Las diferentes iglesias cristianas son comunidades humanas, defectibles, que se esfuerzan por hacer realidad la palabra de Dios a los hombres por Jesús. Sus esfuerzos y propuestas son marcados por sus distintas historias y culturas, y están en continua revisión para encontrar las maneras más adecuadas para transmitir ese mensaje en las distintas circunstancias de las vidas de los pueblos.
11. El mensaje de Jesús – como consta en los testimonios de los distintos libros que las comunidades cristianas han aceptado como “canónicos” y que se contienen en el “Nuevo Testamento” – se puede resumir en una palabra: “libertad”. Todo el mensaje de Jesús puede ser leído y comprendido bajo esa luz, y la fe del cristiano lo lleva a hacer realidad esa libertad en sí mismo y en el mundo en que vive.
1. Escribo estas breves afirmaciones para responder a quienes han pedido mi opinión sobre estos temas.
2. Hablo de “tesis” en la acepción etimológica del término griego thésis: aserto, proposición. El término portugués colocação recoge también ese sentido.
3. Hablo de tesis “teológicas” en la acepción etimológica del término griego theología: decir sobre Dios, hablar acerca de Dios y lo que se le refiere.
4. He preferido plantear lo que digo sin hacer referencias a fuentes, las que podrían ser muchas.
Tesis:
1. De Dios en sí mismo no podemos hablar: es inefable, indecible, trascendente. Todo el esfuerzo de la teología es un acercarse a esa inefabilidad echando mano de mitos, descripciones, comparaciones. Todas las religiones hacen lo mismo.
2. Podemos tener un conocimiento de la existencia de Dios a través de la contemplación del mundo (conocimiento por extroversión) y en una experiencia interna (conocimiento por introversión), que – nuevamente – es inefable, pero de la cual muchos seres humanos dan testimonio, en distintas expresiones religiosas.
3. La afirmación de la existencia de Dios no es materia de fe, sino que de conocimiento que todo ser humano puede tener.
4. La fe consiste en aceptar el testimonio de otro en una materia que no nos conocida directamente.
5. La fe cristiana consiste en aceptar el testimonio de quienes nos dicen que vieron vivo a Jesús después de haberlo visto muerto. Los cristianos no creemos en “algo” (una lista de “verdades”, una “revelación”) sino que en “alguien”: Jesús muerto y resucitado.
6. Jesús, en su vida, no fundó ninguna “iglesia”. Pero la fe cristiana, y las iglesias que la profesan, se fundan en el Jesús postpascual, la persona de Jesús muerto y resucitado.
7. Los cristianos decimos que ese Jesús que es el contenido de nuestra fe, es palabra de Dios, que en él Dios nos habla.
8. Las comunidades cristianas han venido explicitando en afirmaciones teológicas ese mensaje de Dios a los hombres a través de Jesús, y las hemos expresado en los distintos “símbolos”, “credos” o “catecismos” como “revelación”. Todas esas afirmaciones no constituyen un contenido de la fe cristiana en la misma medida en que lo es la persona de Jesús: solamente en él y por él cobran sus sentidos.
9. No somos cristianos en la medida de nuestra adhesión a esos contenidos teológicos o a los valores que éstos proponen, sino que en la medida de nuestra fe en Jesús muerto y resucitado, que es el único referente para distinguir lo cristiano de lo no cristiano.
10. Las diferentes iglesias cristianas son comunidades humanas, defectibles, que se esfuerzan por hacer realidad la palabra de Dios a los hombres por Jesús. Sus esfuerzos y propuestas son marcados por sus distintas historias y culturas, y están en continua revisión para encontrar las maneras más adecuadas para transmitir ese mensaje en las distintas circunstancias de las vidas de los pueblos.
11. El mensaje de Jesús – como consta en los testimonios de los distintos libros que las comunidades cristianas han aceptado como “canónicos” y que se contienen en el “Nuevo Testamento” – se puede resumir en una palabra: “libertad”. Todo el mensaje de Jesús puede ser leído y comprendido bajo esa luz, y la fe del cristiano lo lleva a hacer realidad esa libertad en sí mismo y en el mundo en que vive.
domingo, 13 de agosto de 2006
Mundo Nuevo, Vida Nueva
Si miras bien encontrarás múltiples propuestas de una vida diferente que se vienen proponiendo desde muy antiguo en nuestras sociedades. Todas son una reacción ante un endurecimiento social que también es un proceso que viene de muy atrás y que se acentúa con la creciente mundialización que implanta una superestructura en la que lo humano queda reducido a lo mensurable, lo racional, la mecanización, la ganancia, y desaparece dentrás de una ideología o el mercado. Las nuevas formas de vida que proponemos militan contra la atomización y la compartimentación de los individuos, contra la hegemonía del cálculo y de lo cuantitativo, y proponen - bajo diversas formas - una acentuada calidad de vida. La invitación es a que descubras y construyas en ti mismo y en tu entorno una vida nueva, diferente.
martes, 8 de agosto de 2006
Mente
Una mente es una estructura noética autopoiética. Esto es:
- Estructura: conjunto de elementos interrelacionados
- Noética: de naturaleza cognoscitiva
- Autopoiética: que se hace y reahce a si misma
Vivimos en muchas mentes que nos influyen y en las que influimos: grupos de amigos, redes de trabajo, las distintas pulsiones de nuestros mundos endotímicos, nuestros sueños y sus influencias, las ideologías, las religiones. Pero aún mucho más allá de todo esto - que nos es más o menos conocido o cognoscible - aparecen de pronto extrañas situaciones en las que nos vemos envueltos, por las que somos influídos, de las que dependemos con una fuerza que no sabemos cómo manejar. Es el mundo de los seres inorgánicos, existencias que las distintas culturas han descrito a través de múltiples mitos. No basta el análisis sicológico para dar cuenta de estos seres, y su influencia en nuestra vida puede ser grande. Talvez el concepto de "mente" que propongo ayuda a trabajarlos y liberarnos de una posesión destructiva o limitante.
- Estructura: conjunto de elementos interrelacionados
- Noética: de naturaleza cognoscitiva
- Autopoiética: que se hace y reahce a si misma
Vivimos en muchas mentes que nos influyen y en las que influimos: grupos de amigos, redes de trabajo, las distintas pulsiones de nuestros mundos endotímicos, nuestros sueños y sus influencias, las ideologías, las religiones. Pero aún mucho más allá de todo esto - que nos es más o menos conocido o cognoscible - aparecen de pronto extrañas situaciones en las que nos vemos envueltos, por las que somos influídos, de las que dependemos con una fuerza que no sabemos cómo manejar. Es el mundo de los seres inorgánicos, existencias que las distintas culturas han descrito a través de múltiples mitos. No basta el análisis sicológico para dar cuenta de estos seres, y su influencia en nuestra vida puede ser grande. Talvez el concepto de "mente" que propongo ayuda a trabajarlos y liberarnos de una posesión destructiva o limitante.
lunes, 7 de agosto de 2006
viernes, 4 de agosto de 2006
Tiempo
¿Has estado alguna vez en el pasado o en el futuro? Solo en el presente. Eso es el tiempo: la eternidad.
Vida plena
Para que algo te haga falta tienes que desearlo: si no deseas nada tu vida estará llena hasta los bordes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)