sábado, 20 de diciembre de 2008
Navidad
La Navidad es un cuento, un hermoso cuento. No sabemos cuándo nació Jesús, ni siquiera el año: talvez entre 4 y 8 años antes de lo que dice el calendario gregoriano. Al comienzo de este cuento está el Papa Julio I, en 350, quien - en su afán de cristianizar su mundo - propuso reemplazar las Saturnales por la celebración del nacimiento de Jesús. Las Saturnales eran una fiesta popular ya antigua en ese tiempo: se la celebraba desde la época de los tarquinios; todavía hoy vemos restos del templo de Saturno en el Foro Romano. Eran en el equinoccio de invierno, y durante esa semana todo se hacía de otra manera: no había prohibiciones, los dueños servían a sus súbditos. Gran alegría y celebración. De allí la idea: con el niño Jesús que nace todo es diferente. Empezando por nuestra propia conversión. Un gran abrazo de Navidad para todos.
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Un gran abrazo, querido amigo. Y, sí, era usted quién estaba en el globo.
ResponderBorrarMuy interesante. Me quedo con la idea de celebración y conversión. Un abrazo grande, Gonzalo.
ResponderBorrarGracias y saludos a ambos.
ResponderBorrarCreo que la navidad nos recuerda el comienzo de un nuevo ciclo,es el maximo de yinn, es el reposo, la quietud, es el tiempo del cielo y es hermosa. felicidades en estos dias.un abrazo.
ResponderBorrarLo que dices vale para el norte, amiga María. Si te vienes al sur estás en la plenitud de yang: verano, sol, calor, frutos... Saludos. Gonzalo.
ResponderBorrarGonzalo, tengo que darte dos veces las gracias porque con una se me quedaba escaso.
ResponderBorrarLa idea de CONVERSIÓN y CELEBRACIÓN es de las más poderosas que me han llegado en tiempo acerca de la Navidad y ha calado muy hondo.
¿Qué digo dos? Tres veces gracias!
Gracias por tus palabras, Isabel. Me alegra que las mías resuenen en ti.
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