viernes, 16 de julio de 2010

Deslectura

La situación límite que me ha correspondido vivir y que he narrado en mis dos postales anteriores me ha traído a una situación que llamaría de "deslectura" de mi vida y de mis cosas. Algo así como un aplicar el hacha en la raíz, reducir todo a sus elementos esenciales, a una estricta purificación y descubrimiento de cimientos. Así, me he dado cuenta de que la opción cristiana es una opción no dada sino que debe ser hecha, y que en su base significa una opción por la vida y no por la muerte, esto es, por la alegría en vez de tristeza, por la fuerza en vez de debilidad, por el ánimo en lugar del desánimo, por la esperanza en lugar de la desesperación, por el amor en vez del desamor, por el otro en vez de sí mismo, por el dar en lugar del recibir, por la entrega en vez del encierro. He pasado mi vida de filósofo leyendo y leyendo, asimilando y trabajando, interpretando, transformando, escribiendo. Ha llegado la hora de desleer, de remecer todo eso para que caiga la escoria y quede solo el fuego de la vida.

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