miércoles, 30 de noviembre de 2005

Morir para renacer

Para renacer en tu Mundo Nuevo debes morir completamente en tu mundo viejo. ¿Qué viene entonces? Lo mismo, pero completamente diferente.

lunes, 28 de noviembre de 2005

Sueño del cuerpo, vigilia del alma

"...Porque en mi, el sueño del cuerpo se había hecho sobria vigilia del alma, la oclusión de mis ojos una visión verdadera, mi silencio una gestación de bien, y la expresión de la palabra una serie de cosas buenas..." (Corpus Hermeticum I, 30)

Esperanza

"La esperanza es en esencia la disponibilidad de un alma comprometida en una experiencia de comunión tan íntimamente como para cumplir el acto que trasciende la oposición entre el querer y el conocer, por el cual ella afirma la perennidad viviente de la cual esta experiencia ofrece a la vez la prenda y las primicias" (Gabriel Marcel Prolegómenos para una metafísica de la esperanza Buenos Aires, Nova, 1954, p. 10)

viernes, 25 de noviembre de 2005

Noosfera

Vean este vínculo del "Global Consciousness Project" de la Universidad de Princeton. Estudia la "noosfera" de que nos ha hablado Teilhard de Chardin, entendida como relaciones entre la conciencia y el medio ambiente.

jueves, 24 de noviembre de 2005

Morir

"Hay dos tipos de muerte: una, conocida de casi todos, cuando el cuerpo se separa del alma; la otra, de los filósofos, cuando el alma se separa del cuerpo: y no siempre se sigue una de la otra" (Porfirio, Sentencias, IX)

miércoles, 23 de noviembre de 2005

Filosofía del Conocimiento

Conocimiento y vida se equivalen. Los seres vivos nos hacemos en y por el conocimiento: al conocer somos autopoiéticos, nos hacemos a nosotros mismos, nos constituimos en los que somos. Y desde ese ser que somos nos reflectamos, nos volvemos hacia nosotros mismos y nos conocemos en y por una red de interacciones recurrentes en la que actuamos con efectividad mediante una coordinación conductual individual y social y en coordinaciones conductuales recursivas sobre las coordinaciones conductuales en nuestros dominios de existencia. Somos y nos conocemos siendo; conocemos y somos conociendo y conociéndonos (Maturana y Varela 1994).
En esta coordinación de coordinaciones conductuales el conocimiento aparece a la vez como un descubrimiento y como una construcción: hay algo que no conocíamos y que ahora conocemos y ese paso del no conocer al conocer hay algo que construimos, un ser que surge del no ser y que a partir de ese surgir se instala con una vida propia, en un mundo de ideas que tienen su habitat, su vida, sus costumbres, su organización (Morin 1991). Inversamente, ese instalarse del ser en nuestro horizonte de eventos se produce en un proceso que nos envuelve y que se genera en nosotros.

lunes, 21 de noviembre de 2005

La Tradición

La Tradición es una sola, con múltiples ropajes culturales. Dejé la casa de mis padres a los 15 años para iniciarme en ella. Dos años de intenso trabajo espiritual, peregrinación, trabajos manuales en carpintería y hospital, un mes con cuatro horas diarias de meditación: todo ello bajo la guía de un maestro. Terminados esos dos años hice mis votos y la comunidad en que estaba me recibión con un abrazo de cada uno de sus miembros. Comenzaron entonces seis años más de estudios: latín, griego, filosofía. En 1952, luego de esos ocho años, tomé mi partida y comencé a caminar. He descendido desde los orígenes del río hasta el mar y me encuentro ahora - después de más de 60 años - remontando nuevamente el río, por su otra ribera, nuevamente hasta sus orígenes: es lo que quiere La Tradición.

lunes, 14 de noviembre de 2005

Caminos del conocimiento

En este enlace encontrarán una buena descripción y referencias bibliográficas para lo que estamos diciendo hoy sobre el conocer.

viernes, 11 de noviembre de 2005

Camino de Santiago

Ana María y yo hemos decidido que para celebrar nuestros 50 años de vida en común haremos el Camino de Santiago. Te invitamos. Una buena fecha es Julio-Agosto del 2006. En este enlace encuentras todos los datos necesarios.

martes, 8 de noviembre de 2005

Estados de flujo

Toda actividad humana que vale la pena es realizada en "estado de flujo", esto es, en adecuación entre exigencia y capacidad. Si la exigencia es mayor que la capacidad se produce angustia; si tu capacidad es mayor que la exigencia, te aburres. Solo hay aprendizaje dentro de un "canal de flujo". Mira el siguiente diagrama:


jueves, 3 de noviembre de 2005

Sentido de la vida

Leo en "Le Point" (nº 1711, p. 11) sobre un "Libro Blanco" publicado por el gobierno de Japón sobre los resultados de una encuesta a cuatro mil jóvenes menores de 29 años. Cuatro de cada cinco encuestados juzgan sin sentido la vida de sus padres. Solo el 17% dice que la vida de su padre tiene algún sentido y un 15% lo dice de su madre. Los padres de los jóvenes interrogados tienen un empleo de por vida y largas jornadas de trabajo; nada de tiempo libre ni desarrollo personal. Los jóvenes dicen preferir el desempleo al ejercicio de un trabajo que no les complace.

miércoles, 2 de noviembre de 2005

Fe y religión

Muchos de nosotros tenemos una experiencia que supera toda posibilidad de expresión en el lenguaje, no la podemos decir cabalmente. Es una experiencia que suele manifestarse como “algo más”, “algo que nos supera”, “un orden que no depende de nosotros”, “una otredad”, “una presencia de amor”… Juan de la Cruz da testimonio de ella poéticamente:
“Entréme donde no supe
y quedéme no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo”
Cualquier intento por hablar de esa experiencia es inadecuado: esa experiencia es “mística”, esto es, “callada”, “inefable”. Para expresarla recurrimos a cuentos, a mitos. Si decimos “Dios”, ya estamos en el mito. Y si seguimos diciendo, hacemos “teología”, esto es, “contar cuentos sobre Dios”: débil lenguajeo humano que se expresa en el rito, en la moral, en la doctrina. Ése es el campo de las religiones, que para muchos son un camino de salvación pero que también pueden llegar a inspirar fundamentalismos que hieren la convivencia humana.
La fe es una experiencia personal indecible. La religión es un intento nuestro de decir esa fe. La fe es decir sí a esa experiencia. La religión es recurrir al mito para contarla.
Los cristianos tenemos una experiencia de fe que nos es fundante: decimos “sí” al hecho de que Jesús que murió crucificado, resucitó, volvió a la vida. Decimos “sí, te creemos” al testimonio de María de Magdala cuando nos cuenta que vio el sepulcro vacío y que tuvo la experiencia de estar con Jesús resucitado y conversar con él. Si creemos en Jesús y su resurrección, somos cristianos; si no tenemos esa fe no lo somos, por mucho que aceptemos y vivamos un mensaje de humanidad y de amor.
Los cristianos no creemos en “algo”: una religión hecha de doctrina, rito y moral, sino que en “alguien”, Jesús muerto y resucitado.
Esa fe en la resurrección de Jesús nos resulta un mensaje de salvación, porque nos dice que nosotros también resucitamos. Nos dice que la muerte no es definitiva. Nos dice que el universo entero tiene una dimensión trascendente a su propia existencia. Si esta fe es para nosotros ese mensaje de salvación hacemos lo posible por dar testimonio de ella para que otros también reciban y se enriquezcan en ese mensaje: es éste el sentido de la vida del cristiano. Proclamamos con nuestra propia vida la fe en la resurrección de Jesús.
La fe cristiana es una sola. La religión que a través de la historia ha surgido en torno a esta fe en la resurrección de Jesús que tiene múltiples raíces y expresiones culturales: hay muchos cristianismos. Lo religioso puede y debe ser relativizado; la fe es una experiencia fundante de liberación.