jueves, 10 de mayo de 2007
El camino de la vida
Tus padres te engendran y te transmiten una herencia de cuerpo, alma y espíritu que habrás de cultivar a tu manera: allí comienza el camino de tu vida. Es un camino de progresiva libertad y personalización para transmitir tú también esa herencia a quienes vengan después de ti. En ese camino, llega el momento en que escuchas un llamado, una tenue voz que te invita a dejar la tierra familiar y buscar tu tierra prometida. Sigues esa llamada río arriba, hasta su fuente. Hay un maestro que te espera y recibes sus enseñanzas hasta que te dice que debes irte. Tomas tu partida y echas a andar río abajo y vas encontrando ciudades y mentes, tomando compromisos, aceptando y dando amor, teniendo tus hijos, ejerciendo tu profesión. En la medida que bajas el río se hace más caudaloso por el agua de sus afluentes, y tú también vas cargándote más y más, pero eres joven y el peso no se siente. Hasta que una tarde, pasado largo tiempo, avistas a la distancia el mar. Llegas a la desembocadura de tu río, y te detienes dudoso y admirado. No sabes si disolverte en el mar o subirte a los barcos que pasan para emprender aventuras en otros lugares. Pero sientes nostalgia, deseo de regresar a tu fuente, y emprendes el camino de subida, por la otra ribera del río. Los paisajes van siendo semejantes, pero desde el otro lado; es un camino de subida y lo sientes porque los años han pasado; pero es también un camino de descarga: vas dejando atrás todo lo que llevas contigo; tu río también se va adelgazando, hasta convertirse en la fuente de la cual nació y en la que bebiste el agua de tu maestro. El ya no está, pero estás tú y habrás de iniciar a nuevos peregrinos a los que mostrarás sus ríos y sus caminos. Es el camino de la vida.
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Gonzalo, a mis pacientes, suelo hacerles ver que sus vidas son como rios,su camino será a veces rápido, otras veces será más lento, pero siempre tendran que seguirlo, hasta que un dia lleguen al mar. Y eso es hermoso.
ResponderBorrarEs una hermosa perspectiva. Saludos.
ResponderBorrarUna analogía preciosa, repleta de significado y simbolismo.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias, Goathemala. Lo que me ha pasado es que de pronto me di cuenta de que ya iba de regreso, hacia arriba...
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