viernes, 31 de diciembre de 2010
Vida
Pasas tu vida buscando, entendiendo y tratando de ver... y cuando esto sucede, lo único que te falta es dar el salto...
Conciencia y libertad
Somos conciencia, no los productos de nuestra conciencia. Emociones y lenguajes nos esclavizan. Más allá, la meditación nos pone en estados de conciencia pura, de libertad. Allí, todo es todo.
jueves, 30 de diciembre de 2010
domingo, 19 de diciembre de 2010
miércoles, 20 de octubre de 2010
jueves, 26 de agosto de 2010
En el límite
Otra dimensión límite: la de los mineros chilenos encerrados en un túnel a 700 metros de profundidad probablemente por cuatro meses (tiempo estimado de demora de su rescate)... y yo o tú con nuestras cosillas de cada día... metanoeite! nos dice Juan: cambien su mente...!
jueves, 5 de agosto de 2010
¿Y ahora?
Me pregunto si cabe algo más después de mis últimos postales; tal vez solo el silencio. El silencio y lo de siempre: un camino que tenga corazón, que recorro en todo su ancho. Miro hacia mi izquierda, por encima del hombro, y veo a la muerte con cara sonriente que me dice "aún no te he tocado". Miro a la derecha y todo es luz, la luz del siempre presente del ahora que es no-tiempo, lo eterno. Y allí estoy, en un silencio que deslumbra.
martes, 27 de julio de 2010
sábado, 17 de julio de 2010
Renacer
He decidido hacer de mis ochenta años un renacer y expandir mi vida hasta sus últimos confines.
viernes, 16 de julio de 2010
Deslectura
La situación límite que me ha correspondido vivir y que he narrado en mis dos postales anteriores me ha traído a una situación que llamaría de "deslectura" de mi vida y de mis cosas. Algo así como un aplicar el hacha en la raíz, reducir todo a sus elementos esenciales, a una estricta purificación y descubrimiento de cimientos. Así, me he dado cuenta de que la opción cristiana es una opción no dada sino que debe ser hecha, y que en su base significa una opción por la vida y no por la muerte, esto es, por la alegría en vez de tristeza, por la fuerza en vez de debilidad, por el ánimo en lugar del desánimo, por la esperanza en lugar de la desesperación, por el amor en vez del desamor, por el otro en vez de sí mismo, por el dar en lugar del recibir, por la entrega en vez del encierro. He pasado mi vida de filósofo leyendo y leyendo, asimilando y trabajando, interpretando, transformando, escribiendo. Ha llegado la hora de desleer, de remecer todo eso para que caiga la escoria y quede solo el fuego de la vida.
martes, 13 de julio de 2010
Muerte
Hemos sido visitados por la muerte de un hijo atropellado en una calle de Santiago hacia la medianoche del viernes 25 de junio. Casado, dos hijas y un hijo, acababa de cumplir sus 51 años y estaba en un excelente momento de su vida. No escribo esto para recibir manifestaciones de pesar sino que para ofrecer una reflexión sobre lo absurdo de la muerte, de esa muerte. Pase si se trata de una larga enfermedad que termina haciendo de la muerte un alivio (nos lo acaba de acontecer ayer con una sobrina). Esto no: te llaman a medianoche y te dicen que se ha muerto tu hijo. No tiene sentido. Uno llega a comprender que la fe no es un dado al cual recurres para encontrar una explicación, sino que un camino que debes hacer en construcción de sentidos. Y es ese absurdo mismo que se me instala como certeza de que la muerte no puede ser el fin de todo, que la vida humana, la vida en sí no puede tener como destino el aniquilarse. Y das el salto a la certeza de la existencia de una forma de vida que se nos escapa, amarrados como estamos a lo corporal. Comprendes que la cruz es también un absurdo si no nos hace ver al Cristo resuscitado. Y - al mismo tiempo - que una resurrección pasa por una cruz. Es mi fe. Un esfuerzo por hacer de la ausencia de Gonzalo una compañía desde en una dimensión que intuyo pero cuya totalidad se me escapa. Supongo que con el tiempo, y acercándome yo mismo a mi propia muerte (cumplí los 80 un día antes de la muerte de Gonzalo), esa forma de vida más allá de la vida, esa vida resuscitada se me irá haciendo más patente y más firme. Esa es mi fe.
domingo, 23 de mayo de 2010
En el límite
Hay cosas que solo se entienden cuando te encuentras en una situación-límite, en cualquiera de sus extremos: el de la exaltación o el de la aniquilación, el de la plenitud o el de la desesperanza, el del amor o el de la ausencia... Una situación-límite es aquélla en la que por fuerza debes saltar al vacío. Lo sabe un corredor cuando se enfrenta al "muro", un montañista que se acerca a la cima. Cualquiera de nosotros ante lo indecible, lo incomprensible, lo inabarcable, allí donde lo único que cabe es crear tú mismo tu propio ánimo. Lo hacemos mediante el manejo de nuestras emociones, aquellas disposiciones corporales dinámicas que definen los dominios de acción en que nos movemos. La fatalidad no existe como tampoco el triunfo; todo es emoción manejable... a no ser que prefiramos quedarnos sentados y depender de lo que "nos viene"
domingo, 4 de abril de 2010
martes, 30 de marzo de 2010
Gandhi
Leo en la autobiografía de Gandhi que un yoqui le propuso que se fuera a vivir a una cueva en el Himalaya, a lo que él respondió que llevaba su cueva consigo mismo...¡Una maravilla!
miércoles, 17 de marzo de 2010
Noosfera
El enlace que he colocado en el título os lleva al proyecto Noosfera de la Universidad de Princeton que muestra en acción precisamente eso: la noosfera de que nos habla Teilhard de Chardin. Os va a gustar.
Institute of Noetic Sciences
Os recomiendo ver lo que ofrece el Institute of Noetic Sciences (IONS) en el enlace que he colocado en el título.
domingo, 14 de marzo de 2010
El Oráculo del Guerrero
Este texto puede seros un muy buen compañero de ruta:
Lucas Estrella. El Oráculo del Guerrero. Santiago, Cuatro Vientos, 2004
Lucas Estrella. El Oráculo del Guerrero. Santiago, Cuatro Vientos, 2004
sábado, 13 de marzo de 2010
Enfermedad
Si dices "me duele" tienes dos caminos: o eliminar el "duele" recurriendo a las artes de la medicina o eliminar el "me" por las artes de la ascética. A la larga, el camino de las artes médicas te lleva a un callejón sin salida, y el de la eliminación del "yo" resulta ciertamente más eficaz.
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