jueves, 26 de abril de 2007

Vigilancia

Nuestro deambular por entre las diversas realidades que vamos construyendo nos impone la necesidad de la vigilancia. Siembre atentos, al acecho, con los ojos bien abiertos. Vigilar nuestra realidad física, para que transparente el espíritu. Vigilar nuestra realidad psíquica, para que se abra a la otredad. Vigilar nuestra realidad espiritual, para que seamos capaces de silencio. Vigilar nos lleva a ser dueños de nuestra vida: a vivir y no ser vividos. Vigilantes en todo momento, que un simple pestañear nos puede llevar muy lejos de nuestro sitio y nuestro camino. Caminar y vigilar, vigilar y caminar sin mirar para atrás.

9 comentarios:

  1. en nuestro caminar, como dices, no podemos bajar las alertas.no podemos olvidar de que estamos creando nuestras realidades, y por ello podemos modificarlas...a veces te sientes cansada,y creo que lo mejor es entrar en el silencio.

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  2. Estamos en una sociedad básicamente palabreada, en la que es difícil - pero necesario - ese rebote palabra-silencio-nueva palabra. Saludos. Gonzalo.

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  3. Estimado amigo Gonzalo,
    (me permito llamarte así...).
    Es bueno recobrartus palabras, leerte, y encontrate vigilante, espectante (que no simple espectador) de la vida, de ti mismo, de tu espíritu y cuerpo. Porque sólo somos eso: las ganas, el arresto que le echemos a la vida. Que no nos pille dormidos. Vigilantes, vivientes.
    Un abrazo,
    Atticus

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  4. Gracias, querida amiga. Vigilantes como tu gato asomado a la ventana. Los felinos son de una vigilancia normal y espontánea: un gato duerme plácidamente, pero no hay ratón que se le acerque. Hemos de afinar día a día nuestra vigilancia, limpiar los espejos que nos reflejan el universo, tender las antenas que nos hacen llegar los mensajes del más allá de nuestros mundos cotidianos. Saludos cordiales. Gonzalo.

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  5. ¿vivir y no ser vivido?
    Ahí no llego. No lo entiendo.
    Y desde mi entender, prefiero vivir siendo vivido.

    Saludos

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  6. Puede que resulte críptico, pero se refiere a que en un momento de mi vida me di cuenta de que en vez de vivir por mí mismo era vivido por mil dependencias: trabajo, convenciones, relaciones sociales, médicos, consejeros, etc. Decidí que en adelante no sería más cliente ni paciente ni espectador ni hincha ni consumidor ni empleado de nada ni de nadie sino que viviría por mí mismo. Saludos. Gonzalo.

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  7. Real. Muy real, pero a veces, convendrá conmigo, que es tediosa tanta vigilancia y que merece la pena la vida simplemente contemplativa.

    Saludos.

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  8. coincido con Goathemala en que a veces es tedioso tanta vigilancia,no obstante matizaría que,incluso la vida contemplativa es "espectancia" si la hemos elegido nosotros,es como leer un libro algo que puede ser muy tranquilo pero implica un hacer nuestro,una actividad no solo estar recibiendo estímulos (o desestímulos externos,ej. la televisión).
    un fuerte abrazo

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  9. También coincido con ustedes... hay que estar vigilantes pero al mismo tiempo dejarse ir...

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