domingo, 18 de febrero de 2007

El camino del conocimiento 7

Un camino con corazón
En su vida cotidiana, un guerrero elige un camino con corazón. Esa consistente preferencia por un camino con corazón es lo que diferencia a un guerrero de un hombre común. Un guerrero sabe que un camino tiene corazón cuando experimenta una gran paz al atravesar su largo. Las cosas que un guerrero elige para hacer sus resguardos son los elementos de un camino con corazón. Pero para ello el guerrero ha de parar su diálogo interno.
Un guerrero se da cuenta de que el mundo cambiará tan pronto como deje de hablarse a sí mismo. "El mundo es así-y-así o así-y-asá porque nos decimos a nosotros mismos que esa es su forma. Si dejamos de decirnos que el mundo es así-y-asá, el mundo deja de ser así-y-asá". Es ésta una sacudida monumental para la cual debe estar preparado comenzando despacio a deshacer el mundo. Ese es el "camino del conocimiento", camino personal, elegido "porque tiene corazón", que el guerrero recorre en todo su largo. Todos los caminos son iguales: no llevan a ninguna parte; pero unos caminos tienen corazón y otros no: allí está la diferencia.
En su camino hacia el conocimiento, el guerrero se topa con cuatro enemigos. Cuando comienza a caminar mediante la detención de su diálogo interno, en guerrero va progresando y maravillándose de lo que va empezando a ver. Sin embargo, ese mundo por el que se encuentra transitando se va haciendo un tanto difícil y extraño. Y llega el momento en que se transforma en pavoroso, y la reacción normal es salir arrancando. El guerrero se habrá topado con el primer enemigo del hombre de conocimiento: el miedo. Carlos nos dice que sucumbió una vez ante él, y que se demoró dos años en volver a tomar contacto con Don Juan. Si uno se retira ante el miedo, será para el resto de sus días una persona vencida. Jamás el conocimiento será suyo. Pero si uno se plantea a su propio miedo, si el guerrero se mantiene firme en su lugar, derrota a su miedo, y éste no dejará en paz.
Al derrotar a su miedo, quien recorre el camino del conocimiento habrá adquirido claridad. Sabe que sabe; o más bien, cree que sabe: y esta claridad se transformará en su segundo enemigo. Es la trampa del maestro: sabe y enseña. La claridad saca al guerrero de su camino; ya no podrá ser nunca un "hombre de conocimiento" sino que un "brujo de mala muerte", dice Don Juan. Ante el enemigo de la claridad, el guerrero debe también quedarse firme en su lugar: no dejarse envolver por ella. Si vence su claridad, ésta lo dejará tranquilo, y podrá el guerrero continuar su camino con corazón.
Al vencer a su claridad poco a poco irá sintiendo en sí una extraña fuerza. Don Juan la llama "el poder" y dice que es el tercer enemigo del hombre de conocimiento. Ya no hay temor; ya ha sido derrotada la claridad. Y se sabe que se es poseedor de fuerzas que otros no tienen; si estas fuerzas lo vencen a uno, comienza a ejercitarlas en los demás, manejándolos. Quien así lo haga, habrá sucumbido al poder, el tercer enemigo. Tendrá influencia sobre otros, pero no llegará jamás al conocimiento. Ante el poder también debemos quedarnos firmes en nuestro sitio, sin ser llevados a ejercerlo. Así podemos derrotarlo, y el conocimiento se irá abriendo ante nosotros.
Talvez habrán pasado muchos años en este camino. Ya no habrá temor; la claridad y el poder habrán quedado atrás. Pero queda un cuarto enemigo: el deseo de sentarse a descansar; decir "ya llegué". Don Juan llama "vejez" a este cuarto enemigo, y dice que nunca es vencido totalmente. Que siempre está con nosotros y que hemos de mantenernos alertas ante sus manifestaciones. Sentarnos a descansar, decir que ya llegamos, es un enemigo siempre presente en el camino del conocimiento. Un último enemigo ante el cual podemos sucumbir en cualquier momento. No hay descanso en el camino con corazón: el conocimiento es de quien se mantiene caminando.
Como resultado de este mantenernos en la ruta, talvez algún día veamos... aunque solo sea en los breves momentos en que vayamos derrotando a nuestra vejez.

5 comentarios:

  1. Anónimo11:00 p. m.

    hola: ¿como se encuentra?bueno espero que bien, muchas gracias por darme la bievenida.lo que ud escribe es ya bastante conocido para mi, pero su lavor es vastante importante ya que es bueno que las mentes se amplien y puedan darse cuenta que realmente somos seres ilimitados como don juan dice. me gustaria saber mas hacerca de su vida y como lo "ayudo" la obra de castaneda(si no es molesto)acavo de publicar en mi blogg algo sobre los cuatro enemigos naturales y me encuentro con que ud hiso lo mismo.me es bastante gracioso. ese es una de mis partes faboritas esto muy contento me cuasa mucha gracia

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  2. Anónimo11:02 p. m.

    me olvidado de despedirme que este bien y cuidese

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  3. Visité tu blog y me hice presente en tu texto sobre los cuatro enemigos. Es poco más lo que se puede decir: que estamos en el mismo camino. Un abrazo. Gonzalo.

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  4. Amigo Gonzalo, por razones que no vienen al caso no imagina lo bien que se adapta a mi vida esta entrada ni el consuelo que encuentro al leerla.

    Saludos.

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  5. Ciertamente que es ésta una de las mayores enseñanzas de don Juan.

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