Una experiencia de práctica del Ha-Tha-Yoga, larga ya en cincuenta años, me ha indicado, que el yoga posee un valor metodológico en si, independientemente de su contexto filosófico hindú, y esto explica su amplia difusión en nuestros medios. Sin embargo, precisamente por el valor de método que el yoga tiene, quien desee adentarse en este método (y lo recomiendo) deberá acercársele en su integridad. No es un método nacido en un vacío filosófico-religioso. Hunde sus raíces en una tradición humana muy específica. Todo método vale en la medida de su cabal y exacta aplicación, incluida la comprensión de sus antecedentes conceptuales. Les ofreceré una secuencia de breves textos que podrán ayudarles en un acercamiento a un método de vida y meditación de probada eficacia. Conocer el universo filosófico en que se desenvuelve el yoga no quiere decir – necesariamente - aceptarlo en su cabalidad ni en la forma de expresión que tal universo ha tomado en la tradición hindú. Creo que es posible, y necesario, un trabajo de comprensión y de asimilación unido al descubrimiento y elucidación de aquellos elementos de nuestra tradición que pueden darle a este método un marco que nos sea propio y adecuado.
Dentro de este espíritu, habría que comenzar por cinco intuiciones básicas de la tradición filosófica hindú constituyen el punto de partida del yoga. Las indico ahora y las detallaré en textos sucesivos:
- La causación universal, regida por la ley del karman, que nos habla de la interdependencia de los seres entre sí y en relación con su acción y la reacción consiguiente a ésta.
- La ilusión cósmica, maya, que nos lleva a identificarnos con el flujo de las existencias, originándose una permanencia de este flujo, un eterno retorno.
- La realidad absoluta, la única realidad, más allá de la ilusión del flujo de lo gobernado por la ley del karman, a la que se designa con muchos nombres: Ser Puro, Yo (atman), Brahma, Nivarna, etc.
- La posibilidad de superar la ilusión cósmica y de adentrarse en la realidad absoluta mediante la aplicación de técnicas y medios orientados a conseguir la liberación (moksa, mukti) de ese eterno devenir. Es éste el valor del yoga, cuya finalidad es soteriológica.
- El nacimiento de una conciencia-testigo, conciencia atemporal, conciencia del liberado, conciencia sin yo, estado de liberación, de sabiduría.
Se trata, aquí, de un proceso natural de salvación por la sabiduría, por la superación de la ignorancia metafísica, ontológica (avidya). Es una sabiduría que no está en el orden de lo gnoseológico, sino que en la vía del desapego con respecto del propio yo que nos mantiene esclavos del flujo cósmico (samsara).
Bibliografía
- La tesis doctoral de Mircea Eliade Yoga, Inmortalidad y Libertad. Buenos Aires, La Pléyade, 1977.
- Gonzalo Gutiérrez. Yoga y Nueva Conciencia. Una introducción a la práctica del Yoga como experiencia corporal del Espíritu. Tunquelén, 2005.
jueves, 4 de enero de 2007
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Estaré muy pendiente a esta serie de postales sobre yoga, primero porque soy consciente de que lo necesito y segundo, porque considero que lanzarse a las asanas sin las aclaraciones de un contexto filosófico o cultural es como salir a pescar sin caña.
ResponderBorrarP.D.- Mis Reyes Magos, pierden algo de su poder parece que me informan de que "Peregrinación a las fuentes " la tienen agotada en los almacenes de casadellibro.com. La han solicitado directamente a la editorial. Esperemos tener suerte.
Saludos.
En su momento lo diré y lo anticipo: hay peligros. La promesa del Yoga es real, se cumple, pero pasa por una paulatina pero seria intervención del sistema endocrino que puede tener consecuencias muy desagradables y ante las cuales la medicina corriente no sabe qué decir; solo la experiencia puede prevenir.
ResponderBorrarExcelente apunte, este en que sugieres la prudencia ante la práctica del Yoga. Se recuerda a menudo la necesidad de la relación maestro/discípulo, aunque tampoco está ausente de peligros.
ResponderBorrarBueno, ya tenemos otra cosita en común. Me inicié en 1984 y aunque ahora el Hata Yoga está bastante olvidado no ha ocurrido lo mismo con la meditación (dhiana) que sigue muy presente en cotidianidad (zazen).
Un abrazo
Gracias por tu comentario. Yo he tenido una evolución semejante a la tuya: creo que el Yoga va poco a poco encaminándose hacia la experiencia Zen. En los apuntes tendré que ser necesariamente muy breve: una suerte de invitación con algún esclarecimiento. Saludos.
ResponderBorrarTranquilo Gonzalo, a su ritmo. Me interesa el contexto.
ResponderBorrarSaludos.