viernes, 30 de marzo de 2007
La sabiduría del Tao: el I Ching
Una consecuencia de la estructura polar yin-yang en que se basa la acción de la no-acción que hemos comentado en el postal anterior es la posibilidad de representar los cambios como distintas configuraciones binarias 1-0 que el I Ching presenta en hexagramas compuestos por trazos enteros y quebrados en un total de 64 que se ordenan en una secuencia que ha sido y sigue siendo objeto de análisis desde los inicios de las descripciones taoístas, con aportes posteriores de Confucio. El I Ching propone la producción aleatoria de un hexagrama mediante un trabajo con varillas en respuesta a una pregunta que formula quien las maneja. La sincronicidad existente entre la pregunta y la obtención del hexagrama dice que ambos pertenecen a un mismo tempus y que la lectura de los textos asignados a los distintos hexagramas y la cualidad yin-yang de sus líneas constituyen una sabia recomendación de conductas adecuadas a ese tempus que rodea la pregunta. El I Ching es un libro de sabiduría oracular en el que siempre encontraremos lo que andamos buscando, si sabemos preguntar y leer.
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Esto si que me resulta sorprendente. Nunca lo había leído. Como bien sabe la configuración binaria es el lenguaje último del mundo informático.
ResponderBorrarAsí es y fue Leibnitz, el creador de los números binarios, el primero en sorprenderse. La fuerza oracular del IChing radica precisamente en la simplicidad del lenguaje que usa en sus hexagramas
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